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domingo, 6 de mayo de 2012

GENERO DRAMATICO


El texto dramático

El texto dramático es un texto escrito, de carácter literario, dispuesto para una representación en un escenario. Es un elemento que forma parte de un proceso de comunicación, que se dirige a la representación y a la lectura.

En el teatro, el acto comunicativo se complica bastante; en principio existen tres emisores (autor, director, actores) y la obra (parte del mensaje) se desdobla en dos textos: el texto literario (dramático, pues contiene dramaticidad, un carácter que comparte con la narración y con la lírica), y texto espectacular (teatral, pues representa la teatralidad, exclusiva de él como texto dramático y de la representación). También el receptor es complejo, porque se desdobla en lector (individual) y espectador colectivo (público).

Una definición del texto dramático podría ser ésta: un texto escrito en forma dialogada, preparado para una representación, en un proceso de comunicación en el cual los elementos fundamentales se desdoblan. En la representación, los personajes ficticios creados por el autor y representados por los actores, entran en contacto directo con los receptores, el público.

La condición del texto dramático está marcada precisamente por el hecho de su finalidad, es decir, porque está destinado a su representación. Los elementos no verbales están incluidos, propuestos o sugeridos por el propio texto dramático (mímica, entonación, gestos, etc.). En la representación, por otra parte, se confunden el tiempo de la acción significada y el de la acción representada, con un uso específico del presente y del estilo directo.

El texto dramático contiene, además, acotaciones, que se relacionan con el diálogo e indican las condiciones de la situación. Por tanto, es un texto muy diferenciado de otros textos literarios, como la novela o el poema.

El texto dramático está formado sólo por palabras escritas, pero parte de ellas se destinan a la realización oral (diálogo) y otras (acotaciones) se transforman en signos no verbales que aparecerán simultáneamente a los signos verbales. Sin embargo, en el propio diálogo hay referencias continuas a las acciones, movimientos, gestos y situaciones. Los diálogos se presentan en el escenario en su forma oral y en el entorno que exigen según su significado: tono, timbre, entonación, gestos, etc. El diálogo desarrolla la historia escenificada sin aludir directamente a la situación inmediata, mientras que las acotaciones diseñan la escenografía e informan acerca de movimientos, objetos escénicos, vestuario, etc. Se considera que las acotaciones tienen un valor funcional para la puesta en escena y que por lo general carecen de valor literario, valor que se reconoce al diálogo. Pero en ocasiones las acotaciones se integran en la obra con valor estético o literario, de modo que cumplen una doble función: la práctica o funcional para la puesta en escena y la estética, dirigida al lector individual.

La representación es la realización en el tiempo de unas posibilidades virtualmente contenidas en el texto dramático; por realizarse en el tiempo, no queda fijada. Se confía a un grupo de diferentes productores (técnicos y artistas), mientras que el director de escena coordina a todos ellos y sus producciones y controla la unidad general. Cada elemento carece de autonomía, pues forma parte de una unidad total previa desde la que se organizan los diferentes textos aportados (luz, sonido, colores y formas, etc.). El texto totalizador que presenta un director en una puesta en escena concreta es el resultado de jerarquizar en una unidad coherente todos los textos o signos parciales. El texto es un hecho estable, la representación es un acto que realizan los actores en un tiempo y espacio determinados, y al finalizar desaparece. Para aclaración de este concepto, vale el ejemplo de la música; una partitura permanece estable, mientras que las interpretaciones diferentes y puntuales son temporales y cambiantes. En este sentido, el texto dramático puede considerarse una “partitura” dispuesta para su interpretación puntual.



caracteristicas

Tres características tiene el texto dramático en su relación con la representación:

Precede a la representación, que se realiza a partir del texto.

Permanece igual en su forma, mientras que la puesta en escena o representación puede ir variando a lo largo del tiempo.

Persiste después de la representación sin que ésta le haya influido en su forma.

La valoración teórica y práctica del texto dramático respecto a sus relaciones con la representación ha tenido diferentes consideraciones a lo largo de la historia literaria y teatral:

Se ha concebido y realizado la representación como una simple traducción y forma de transmisión del texto.El texto se ha considerado un mero pretexto para la creación de una obra del director de escena.

La representación se ha visto como un mensaje emitido en varios códigos y de múltiples niveles jerarquizados, que va más allá del texto escrito.

Representación y texto se han considerado unidades autónomas por completo.

A lo largo de la historia y hasta muy recientemente, el texto escrito ha tenido supremacía en las creaciones y en la historia teatral, pues la representación se veía como algo eventual, lo que hacía olvidar sus valores en beneficio de la palabra escrita. Actualmente, en posiciones al otro extremo, se da prevalencia a la representación. Sin embargo, hay que considerar que la teatralidad no se limita a la puesta en escena, sino que pertenece también al llamado “texto espectacular”, que es paralelo al texto literario o dramático. La teatralidad nace de todo el conjunto.

No se concibe el teatro sin palabra interior o exterior; no hay representación sin texto, pues entonces se trataría de otro tipo de espectáculo, pero tampoco se concibe un texto dramático, real o virtual, que no se disponga a la representación, pues entonces se trataría de otro género literario.





Subgéneros dramáticos

Desde la Antigüedad, las formas dramáticas fundamentales han sido la tragedia y la comedia. A ellas se puede añadir una forma intermedia: la tragicomedia o drama.



La tragedia: es una obra de final desgraciado protagonizada por personajes que luchan contra el destino y la fatalidad sin lograr vencerlos. Un ejemplo de ello lo constituye el desenlace de El tragaluz, de Antonio Buero Vallejo:

EL PADRE. ¡No!... ¡No!...

(Tampoco se oyen sus crispadas negaciones. En pie y tras su hijo, que sigue profiriendo palabras inaudibles, empuña las tijeras. Sus labios y su cabeza dibujan de nuevo una colérica negativa cuando descarga, con inmensa furia, el primer golpe, y vuelven a negar al segundo, al tercero [...])

VICENTE. ¡Padre!

Antonio Buero Vallejo

La comedia es una obra de tono amable, asunto ligero, divertido o de enredo y final feliz, que suele incluir elementos humorísticos, tal como se puede comprobar en esta conversación absurda incluida en una obra de Enrique Jardiel Poncela:

Eloísa está debajo de un almendro. Enrique Jardiel Poncela.

EDGARDO. ¿Le molestan las personas nerviosas, de genio destemplado y desigual, excitadas y un poco desequilibradas?

LEONCIO. Esa clase de personas me encanta, señor. [...]

EDGARDO. ¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?

LEONCIO. No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.

Enrique Jardiel Poncela



La tragicomedia o drama: Las obras que presentan de manera conjunta características de las tragedias y de las comedias se suelen denominar tragicomedias o dramas.

Este es el caso de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, más conocida como La Celestina, de Fernando de Rojas:

SEMPRONIO. ¿Tú no eres cristiano?

CALISTO. ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo.

SEMPRONIO. Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el corazón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie cojeas. Yo te sanaré.

CALISTO. Increíbe cosa prometes.

SEMPRONIO. Antes fácil. Que el comienzo de la salud es conocer hombre la dolencia del enfermo.

La Celestina, de Fernando de Rojas





Drama

El término drama proviene del griego δράμα y significa "hacer" o "actuar". Suele llamarse drama únicamente a aquella obra que incluye ciertos elementos, especialmente cuando tiene un "final trágico", pero el término hace referencia también a las obras cómicas (al menos en la cultura occidental, donde se considera que nació del término drama) y además incluye, pues, la tragedia y la comedia. Posteriormente, el drama se divide en géneros realistas y géneros no realistas; entre los primeros quedaron inscriptas la tragedia y la comedia ya existentes, y en el siglo XX vino a agregarse la pieza de teatro y entre los segundos, el melodrama, la obra didáctica y la tragicomedia, reconocidos como tales desde el Renacimiento. Además, a esto se suma la farsa, considerada como género imposible.

Algunos teóricos del siglo XX insisten en la diferenciación categórica entre el drama y el teatro, de los cuales el primero es la versión constituida en lo absoluto por elementos lingüísticos, formando parte entonces de lo que se considera un género literario, cuya particularidad es el predominio de la función apelativa del lenguaje, la ausencia de un mediador (intérpretes, actores) entre el mundo creado (la realidad ficticia) y el lector y la posibilidad virtual de ser representado.

El teatro es la concreción del drama e incluye la actuación, la música, etc. Es decir, elementos que no le son propios al drama como realidad lingüística acotada solamente al discurso. El análisis de un drama puede hacerse desde la crítica literaria, mientras que el análisis del teatro debe incluir factores como la actuación, la evaluación del espectáculo, los músicos, la iluminación, etc.

Se puede añadir la precisión, desde la perspectiva de la etnoescenología, campo interdisciplinario que estudia los fenómenos y comportamientos humanos espectaculares organizados (PCHSO) del teatro, que es un subgrupo dentro del conjunto de formas espectaculares organizadas. Se pueden distinguir tres aspectos claves dentro del análisis de una forma espectacular: la espectacularidad, la performatividad y el fenómeno de relación simbiótica o de empatía que se construye en la relación con el público (Pradier, 1996).

La pertinencia de la evaluación de estos aspectos del teatro como forma espectacular reside en el hecho de que toda forma espectacular responde a un contexto social. En este sentido, la dramaturgia y su manifestación espectacular por medio del teatro se organizan por medio de códigos que no son universales pero que son particulares a un contexto histórico y cultural.



Tragicomedia

Es una obra dramática en la que se mezclan los elementos trágicos y cómicos: También se le conoce como pieza, porque se parece a dicho concepto; generalmente en estos están sintetizados las características de una clase social, por lo que también se le denomina género psicológico.

Uno de los géneros literarios es el género dramático, es decir, el conjunto de las obras formadas por un texto escrito en prosa o verso, en forma de diálogo, y que tiene como objetivo el ser representado en algún tipo de escenario.

A su vez, el género dramático se divide en subgéneros, y uno de ellos es la Pieza.

Una pieza es una obra literaria del tipo realista, en donde la situación y los personajes están claramente presentados. Si bien en lo que se relata y expone hay cambios inesperados, ellos son lógicos y explicables, y el suspenso va en continuo aumento, llegando por momentos a clímax con intensas emociones. La resolución o conclusión de la obra es consecuencia de los actos y de las situaciones planteadas con bastante claridad y sin ambigüedades, y como ya se dijo, los actos de los personajes son verosímiles.

En la Grecia clásica, el drama satírico o la tragicomedia suele tratar un tema legendario, aunque con efectos cómicos protagonizados, fundamentalmente, por el coro. Los dioses no intervienen en la muerte de los hombres y puede haber más de una acción al mismo tiempo.

La tragicomedia, como género dramático surge en la transición al Renacimiento, y se presenta ya muy claramente en Shakespeare (en Inglaterra) y en una gran cantidad de obras del Siglo de Oro Español.

La tragicomedia estrictamente no tiene que ver con una combinación de lo trágico y lo cómico. Se le nombró así desde la Celestina, ante la imposibilidad de ubicar a este tipo de obras dentro de los dos grandes géneros conocidos (tragedia y comedia), y no porque fuera una mescolanza de ambos.

La tragicomedia principalmente va a mostrar la trayectoria del héroe tragicómico, que tiene un objetivo que perseguir (el amor, la justicia, la ambición, un trono, etc) y de cómo éste lo consigue o no pasando por una serie de obstáculos para llegar a su fin. Si los obstáculos se presentan como positivos, es decir que parece que lo acercan cada vez más a su objetivo, más que obstáculos son como pruebas superadas, el final será negativo; si los obstáculos son negativos, parece que le impiden llegar a su objetivo, y por lo general el final será positivo y alcanzará su objetivo.

Su creador fue Lope de Vega cuando rompe las estructuras del teatro aristotélico. Lope se niega a obedecer las unidades, y entonces crea la tragicomedia.





comedia

La comedia es una rama del género dramático que principalmente se caracteriza porque sus personajes protagonistas se ven enfrentados a las dificultades de la vida cotidiana y por eso ellos enfrentan las dificultades haciendo reír a las personas o a su "público", movidos por sus propios defectos hacia desenlaces felices donde se hace escarnio de la debilidad humana. La comedia se origina en el mundo griego, pero se va desarrollando a lo largo de medievo y la Edad Moderna, hasta llegar a nuestros días.

Como los demás géneros dramáticos, la comedia está determinada por la acción dramática del personaje protagonista; de ahí que no sea extraño encontrar personajes con un rol trágico en comedias, siempre y cuando estos sean, por decirlo de algún modo, personajes secundarios.

Como características, el personaje protagonista suele ser común y corriente y representar un arquetipo, es decir mentiroso, charlatán, fanfarrón, pícaro, enamorado, etcétera; es también crédulo e inconsciente y, a diferencia de la tragedia, donde el personaje protagonista tiene un profundo sentido ético, en la comedia el personaje protagónico considera su moral como una cualidad no muy importante, lo que le permite ser muy vital, aunque esto es más bien un obstáculo para el personaje.

Por ello, su conflicto dramático suele ser, las más de las veces, con la sociedad, además de consigo mismo, por lo que lucha por superar los obstáculos que le impiden realizarse consigo mismo o con esa misma sociedad.

La comedia es, junto con la tragicomedia, una de las formas clásicas del drama griego, y uno de los tres géneros dramáticos llamados realistas.





 El texto teatral presenta unas características muy especiales en tanto en cuanto no es un texto con validez por sí mismo, como ocurre con la poesía y la novela. Está pensado y escrito como texto para la representación, independientemente de que sea o no representado. El autor desaparece por completo, cediendo la voz a sus personajes, que deberán ser interpretados por actores, con vestuario, escenografía, "atrezzo", iluminación, música, efectos, etc, (siguiendo las indicaciones que el dramaturgo ideó ). No siempre se consideran estos aspectos en el comentario dramático, que suele reducirse a un comentario literario, del texto, sin atender a los otros factores que, sin ser estrictamente literarios, están de forma implícita ( a veces más que explícita ) en el texto.
Para el comentario del texto dramático habrán de seguirse los siguientes puntos:
A.- Estructura externa.
B.- Estructura interna.

Acotaciones.
Espacio-Tiempo.
Convenciones teatrales
Diálogo.

Conflicto
Personajes

C.- Lenguaje Literario



A.- ESTRUCTURA EXTERNA.
    Consiste en separar los elementos textuales (las palabras que se dicen en escena) de los no textuales (reciben el nombre de acotaciones escénicas). Las acotaciones escénicas suelen presentarse ( en cursiva entre paréntesis ). No siempre es así. Luces de bohemia presenta las acotaciones en párrafos independientes, en cursiva; si bien las acotaciones de esta obra son las más singulares de todas.
    La descripción de la escenografía suele hacerse al comienzo de cada obra, cuadro, acto o escena, dependiendo de si va cambiando o se mantiene fija. No suele presentar una tipografía especial, aunque muchas ediciones de obras dramáticas la ponen en cursiva. Como el texto aparece antes del comienzo del diálogo, su reconocimiento no presenta problema alguno.

B.- ESTRUCTURA INTERNA
    Más que de una estructura interna, se trata de analizar aquellos elementos relevantes formalmente en un texto dramático. Se exponen a continuación.

ACOTACIONES.
    Su finalidad es servir de guía para la escenificación de la obra. Debieran, por ello, tener un carácter objetivo, señalando los elementos imprescindibles para el desarrollo de la escena. A veces, la preocupación de los dramaturgos les lleva a convertirse casi en escenógrafos. La precisión y minuciosidad de algunos (Buero Vallejo, Mihura ) contrasta con la parquedad de otros ( Lorca, Benavente ). Ya desde aquí podría observarse la diferente consideración que los elementos escénicos tienen para unos y otros. Aun así, esta objetividad se cumple en muchas acotaciones de sus respectivas obras.
    Pero también es muy cierto que se supera esa finalidad y carácter en muchas de ellas. Se convierten en acotaciones literarias, donde no sólo están presentes esos apuntes escenográficos, sino que además se añaden otros propios de cualquier texto literario. Frecuentemente, en estos casos, se olvidan unos en favor de otros y viceversa. Habría que establecer el valor escénico de estas acotaciones atendiendo a la posibilidad o imposibilidad de representación. Y, a continuación, señalar sus valores literarios, para lo cual habría que aplicar las características del lenguaje literario, especialmente las referentes a la descripción narrativa . Este planteamiento se puede aplicar a Luces de bohemia. Sus acotaciones no sólo tienen un valor escénico ( frecuentemente olvidado ) sino un valor literario indiscutible; recorren un doble camino: por un lado, son manifestación de la mejor prosa descriptiva  modernista; por otro, abren nueva vía de expresión al esperpento. Ello implicaría, tal vez, la posibilidad de recorrer ese doble camino desde un punto de vista escénico.
    Entre ambos extemos, hay acotaciones escénicas que manifiestan la subjetividad, o cuando menos, un cierto punto de vista del dramaturgo. Algunas acotaciones de Tres sombreros de copa se dejan contagiar del carácter humorístico, absurdo, infantil, de la obra. El sueño de la razón presenta acotaciones que incorporan arcaísmos léxicos o gramaticales que serían propios del diálogo.




COORDENADAS ESPACIO-TEMPORALES.
    Desde que en el siglo XVI, los preceptistas italianos fijaran las tres unidades dramáticas, el espacio y el tiempo se han convertido en caballo de batalla en todas las épocas, bien por su sometimiento, bien por la ruptura total con las mismas.
    La unidad de lugar exige un solo espacio dramático. Normalmente se ha respetado, porque implica, en la representación, una sola escenografía. En ocasiones, se recurre a dos o tres espacios dramáticos distintos, en función de los actos en que se divida la obra. Luces de bohemia, al estar dividida en escenas, es la obra que más espacios diferentes presenta, cada uno con un valor diferente, como se señalaba más arriba. Al tratarse de un comentario de un fragmento, no una obra entera, difícilmente aparecerán estas problemas en el texto.
    Ahora bien la importacia del espacio dramático radica en los valores significativos que se pueden asociar al mismo. Algunos de ellos pueden proceder de la descripción inicial de los mismos en las acotaciones iniciales. No habría que insistir en ello si no apareciera en el fragmento. Pero también se puede ir modificando a través de la visión que de ese espacio tienen los distintos personajes, reflejado en los diálogos. Un mismo espacio dramático puede tener, en una misma escena, significados muy diferentes para dos personajes. En La casa de Bernarda Alba, el espacio dramático va acentuando, a medida que avanza la obra, la opresión en las diferentes hijas de Bernarda y no todas la sienten de la misma forma. El mismo título señala ya la importancia que tiene ese espacio cerrado dentro de la concepción de la obra. El sueño de la razón modifica constantemente el espacio escénico, aun siendo la misma escenografía, mediante la proyección de diferentes cuadros de Goya. Consecuentemente, los valores significativos cambian también. Tres sombreros de copa presenta un único espacio, con una determinadas características iniciales. La irrupción de  Paula en la habitación de Dionisio cambia radicalmente el valor del espacio escénico.

    La unidad de tiempo establece la duración del tiempo interno de la obra en 24 horas.( El tiempo externo de la obra siempre viene a ser el mismo, pues una representación no suele durar más allá de las dos o tres horas). Desde Lope de Vega, es la regla menos aceptada. Generalmente, se han utilizado los entreactos, o los cambios de escena, para hacer pasar el tiempo conveniente al desarrollo del conflicto.
    El tiempo dramático viene establecido, a veces, en las acotaciones iniciales de cada obra o escena. También es frecuente que venga dado por el diálogo de los personajes. Además, hay que considerar que el tiempo tiene que ver también con un tiempo psicológico, en cuanto afecta a los personajes. En las obras dramáticas, los cambios de actitud, las reacciones ante determinados hechos o palabras, son rapidísimos. Eso jamás sucedería en la vida corriente. En este sentido, se podría hablar de una concentración temporal. En Tres sombreros de copa Dionisio cambia su personalidad, profesión, nombre, todo, en apenas un minuto: el tiempo de ver contemplada a Paula a través de un espejo.




CONVENCIONES TEATRALES
    El lenguaje dramático tiene establecidas unas convenciones entre la representación y el espectador. La más utilizada de todos es el aparte, que no es frecuente en las obras seleccionadas. Un personaje pronuncia unas palabras que oye el espectador y, evidentemente, los actores que están en ese momento en escena, pero no los personajes que representan. El espectador conoce así más elementos que los personajes. En el teatro del Siglo de Oro se convirtió en recurso muy utilizado. El aparte suele reflejarse poniendo entre paréntesis las palabras del personaje y conlleva una determinada actuación, en connivencia siempre con el público.
    Sin llegar a esos límites, más cercano a una verosimilitud dramática, alguna frase de la Poncia, en La casa de Bernarda Alba podría tener este valor.
    Un caso curioso es El sueño de la razón. Ante Goya, los actores "dicen" una serie de frases ( palabras que se dirían en escena y aparecen reflejadas en texto ) que no llegan a emitir, sólo se limitan a hacer el movimiento de los labios, acompañado de gesticulaciones semejantes al lenguaje de los sordos. Es una manifestación más de la distancia que hay del texto dramático a la representación. Con ello, el dramaturgo pretende que contemplemos la escena desde "el punto de oído" del personaje principal: Goya, cuya sordera en los últimos años de su vida, era casi total.


DIÁLOGO
    Es el único medio que presenta el texto teatral. La intervención de cada personaje viene antecedida de su nombre, pero no aperecería en la representación. Todas las posibilidades expresivas y figuras literarias se reducen a él. Mediante el diálogo se debe analizar el conflicto dramático y el carácter y actitud de los personajes

Conflicto.
    Es elemento de análisis fundamental en todo fragmento dramático. El conflicto hace referencia a las fuerzas contrapuestas que hacen avanzar el desarrollo argumental del drama. Sin conflicto no hay teatro. Aparececerán dos posturas contrarias, que habrá que descubrir. Pueden manifestarse explícitamente ( están casi siempre presentes en cualquier escena de La casa de Bernarda Alba ) o hallarse implícitas en otras situaciones, anteriores o posteriores, de la obra. En Tres sombreros de copa aparecen siempre enfrentados un mundo convencional, aburrido, pero seguro, frente a un mundo alegre, divertido, pero lleno de miseria.

Personajes.
    La caracterización de los personajes viene dada por el lenguaje que utilizan. Ya quedaban expuestos en el comentario narrativo, donde se pueden consultar.
    A ello hay que sumar, si aparecieran en el texto ( en las acotaciones o en los datos que aporte el diálogo ), las referencias a su características físicas, psíquicas, vestuario, etc. Valle-Inclán apenas define las características físicas o psíquicas; es más, apenas hay referencias al personaje mismo, sino que estos quedan definidos por su vestuario, reducidos esperpénticamente a dos o tres prendas de su vestimenta. Lorca enfrenta el vestido verde de Adela, o las flores con que aparece Mª Josefa, al negro que todas se ven obligadas a llevar por imposición de Bernarda.



C.- LENGUAJE  LITERARIO.
    De nuevo el lenguaje literario puede consultarse. Y de nuevo el único elemento novedoso es la intertextualidad. La obra más representativa es Luces de bohemia, en donde todos los elementos intertextuales remiten a una deformación propia del esperpento, desde la parodia se Hamlet a la propia de las Sonatas, con la presencia del Marqués de Bradomín. Igualmente, Lorca repite motivos y temas de su poesía en La casa de Bernarda Alba. O Mihura, que incorpora, no como elementos textuales, pero sí teatrales, canciones y motivos cinematográficos ( El relicario, los "gansters" de Chicago" ).
    La parodia a la que se someten los textos incorporados en Luces de bohemia tiene también un valor humorístico, que es una de las características del esperpento. Tres sombreros de copa es la obra en que el humor está más presente: radica aquí en lo absurdo de la vida y de los actos cotidianos, al aplicar una lógica casi matemática, dejando fuera el sentido común. Es un humor muy ingenuo, casi infantil, que se verá reflejado en la forma de hablar de los personajes.


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